🚿 Cómo son las duchas en el Camino de Santiago (y todo lo que nadie te cuenta)

Chanclas, toalla de microfibra, jabón sólido, neceser colgable y más artículos esenciales para ducharse en el Camino de Santiago

¿Vas a hacer el Camino y te preguntas cómo son las duchas en los albergues?
Spoiler: no son como las de casa. Ni como las de tu gimnasio. Ni como las de un camping de tercera.
Son… una experiencia. A veces mística, otras tragicómica. Pero nunca aburrida.


🧼 El sueño húmedo del peregrino: una ducha en paz

Llegas con los pies hechos polvo, olor a gloria bendita y el alma arrastrando la mochila.
Y solo piensas en una cosa: una ducha caliente, con presión y sin compartir charco.
Y entonces, el Camino te enseña humildad.


🛑 La cruel realidad del pulsador

Sí, muchas duchas en los albergues del Camino de Santiago llevan pulsador de agua.
Le das y te concede… ¿adivinas?
10 gloriosos segundos de agua.
Después, pausa.
Pulsas. Vuelve el agua.
Y así, en bucle, hasta que terminas tu coreografía de gel, champú, enjuague y maldiciones.

Es como ducharse en una atracción de feria, pero con más riesgo de resbalarte y menos risas.

Peregrino duchándose en albergue del Camino de Santiago, mostrando incomodidad por el agua y el sistema de pulsador

🌊 Cuando el desagüe se declara en huelga

Algunas duchas tienen un pequeño problemilla: no tragan.
Y de pronto estás de pie, en el agua estancada, flotando entre pelos, espuma y sospechas.
Es como darte un baño involuntario con los restos del peregrino anterior.
Romántico, ¿verdad?

Por eso siempre digo: las chanclas no son opcionales, son salvación.
Más sagradas que el bordón. Más necesarias que el bastón. Más fieles que un galgo.


🧴 ¿Dónde dejo el jabón, la toalla y mi dignidad?

Otra cosa que nadie te cuenta: muchas duchas no tienen estanterías, ni ganchos, ni repisas.
Así que te toca hacer malabares:

  • El jabón en el suelo (que flota y se escapa como pez resbaladizo).
  • La toalla colgada del pomo de la puerta, si hay puerta.
  • Y tú, sujetando el champú con la boca como si fueras el Houdini del aseo.

🧠 Truco peregrino: mete un mosquetón en la mochila. Te salva en más de una ducha y algún que otro albergue sin perchas.


🧻 La lija disfrazada de toalla

La toalla de microfibra es pequeña, se seca rápido y no pesa nada.
Perfecta… hasta que la usas.

Porque, seamos sinceras: seca bien, sí, pero acaricia como un cactus con mala leche.
Y sin embargo, ahí seguimos todas, frotándonos como si no hubiera otra opción.

Yo uso esta, que es superligera, seca a la velocidad de la luz y cabe en cualquier rincón de la mochila:
👉 Toalla de microfibra que uso en el Camino (sí, también rasca)

Funciona genial, pero aviso: sigue siendo igual de desagradable que todas las demás.
Eso sí, cuando pesa 80 gramos y se seca en dos cafés, se lo perdonas todo. O casi todo.


🥷 Vestirse tras la ducha: nivel ninja

El suelo está empapado, no hay bancos, y la mochila se cae si la apoyas mal.
Y tú, intentando ponerte la ropa sin mojarla, pareces un equilibrista del Circo del Sol, versión cutre.

Solución:

  • Organiza la mochila como si fuera una operación militar.
  • Mete la ropa seca en una bolsa estanca.
  • Y si puedes, aprende a vestirte en posición de cuclillas sin perder el equilibrio. Es una habilidad útil.

🚿 Cuando no hay ducha (y toca improvisar)

Sí, a veces llegas al albergue y no hay agua caliente. O no hay ducha. O hay 40 personas delante de ti.
Ahí es cuando entran los clásicos:

  • Toallitas húmedas (las buenas, no las de bebé que se deshacen).
  • Bote de agua cortado para una ducha de guerra.
  • O directamente, la fuente del pueblo (con discreción, por favor, que no estamos en Lituania).

🧘 El momento zen bajo el grifo

No todo es drama.
A veces te toca una ducha caliente, sin cola, con presión decente y un perchero digno.
Y ahí, con el agua cayendo, piensas:
«Esto sí. Esto vale todos los kilómetros».


🧳 Qué llevar para ducharte en el Camino (y no sufrir más de la cuenta)

Sí o sí:

  • Chanclas (con velcro, si puedes colgarlas)
  • Toalla de microfibra (tipo esta que uso yo, ligera pero con carácter)
  • Gel y champú en sólido o formato mini
  • Bolsa estanca para ropa seca
  • Mosquetón o pinza
  • Neceser colgable (puede parecer pijada, pero te cambia la vida)
  • Ropa fácil de poner (leggins, camiseta ancha)
  • Toallitas húmedas, por si toca “ducha alternativa”

❓ Preguntas frecuentes sobre las duchas en el Camino de Santiago

¿Hay duchas en todos los albergues?

Sí, pero no te esperes las de un spa. Algunas son dignas, otras… son parte de la penitencia.

¿Y si llego tarde?

Puede que te quedes sin agua caliente. Por eso, consejo de amiga: dúchate en cuanto llegues.
Aunque estés roto. Aunque aún no te hayas quitado las botas.

¿Hay duchas en los albergues públicos?

Sí, pero suelen ser más básicas. Algunos incluso parecen olvidados por el Ministerio del Tiempo.
Y hablando de eso… si te interesa el tema, échale un ojo a este artículo:
👉 Los albergues públicos agonizan, y nadie hace nada

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