Historia del Camino de la Lana

La Ruta del Comercio de la Lana: un Camino histórico hacia Santiago de Compostela

El Camino de la Lana es una de las rutas menos conocidas pero más fascinantes de las vías históricas que conducen a Santiago de Compostela. Esta ruta, cargada de tradición e historia, conecta el interior de la Península Ibérica con la Meseta castellana, y a lo largo de sus kilómetros, despliega un legado cultural y comercial que se remonta a la Edad Media.

¿Qué es la Ruta de la Lana?

La Ruta de la Lana es una de las rutas jacobeas oficiales que conectan el sureste de la Península con el Camino Francés. Menos conocida que otras vías, esta ruta es un verdadero tesoro para quienes buscan una experiencia auténtica, tranquila y profundamente ligada a la historia de España.

Su trazado, que une Alicante y Valencia con Burgos atravesando Cuenca, se asienta sobre antiguos caminos de comercio lanero y trashumancia. Durante siglos, fue el corredor natural por el que la lana de Castilla —una de las más apreciadas de Europa— viajaba hacia el norte.

Hoy puedes recorrer este mismo trazado desde su inicio en Monteagudo de las Salinas hasta enlazar con el Camino Francés en Burgos.

Un camino con siglos de historia: de comerciantes a peregrinos

La historia del Camino de la Lana se remonta a la Edad Media, cuando la lana era el oro de Castilla. Esta ruta conectaba los centros de producción del interior peninsular con los mercados del norte, especialmente con Burgos, que se convirtió en un eje comercial estratégico.

Pero esta vía no solo transportaba lana. También fue testigo del paso de pastores, soldados, viajeros… y, por supuesto, peregrinos.

Desde el siglo XIII, y con fuerza renovada en el XVII, la Ruta de la Lana se consolidó como camino de peregrinación hacia Santiago. Antiguas calzadas romanas, vías pecuarias y senderos trashumantes sirvieron de base para este itinerario que aún hoy se mantiene vivo.

Puedes leer más sobre los tramos históricos y actuales en nuestra sección de etapas del Camino de la Lana.

El ejemplo de Francisco Patiño: fe, promesa y Camino

Una de las historias más conmovedoras que nos ha legado esta ruta es la de Francisco Patiño. Soldado del rey Felipe III, fue capturado por los turcos y pasó cinco años como esclavo. En medio de la desesperación, hizo una promesa: si algún día recuperaba la libertad, peregrinaría a Santiago.

Y cumplió. En 1624 partió desde Monteagudo de las Salinas, acompañado por su esposa y un familiar. Recorrieron lo que hoy conocemos como la Ruta de la Lana, pasando por Cuenca, Valdeolivas y Salmerón, hasta enlazar con el Camino Francés en Burgos.

Puedes leer la historia completa en el artículo publicado por Voces de Cuenca.

Monteagudo de las Salinas: punto de encuentro y kilómetro cero

La histoira del camino de la lana se respira en cada piedra

Monteagudo de las Salinas no es solo un pueblo con encanto: es el kilómetro cero del Camino de la Lana, el lugar donde confluyen las variantes de Alicante y Valencia. Su castillo medieval y su iglesia parroquial recuerdan a quienes pasan que este fue, durante siglos, un lugar de paso, de encuentros… y de promesas.

Si estás pensando en comenzar desde aquí, echa un vistazo a nuestra guía de acompañamiento en el Camino.

¿Por qué elegir la Ruta de la Lana?

Si estás buscando una alternativa al Camino Francés o al Portugués, la Ruta de la Lana te lo pone fácil:

  • Es mucho menos masificada
  • Cruza pueblos donde aún se conserva la hospitalidad más genuina
  • Ofrece una conexión íntima con la historia, la naturaleza y la espiritualidad
  • Recorrerás una parte de España que muchos desconocen, pero que te deja huella

Además, si eres mujer y quieres vivir esta experiencia acompañada, puedes informarte sobre nuestro servicio de guía en el Camino.

Una ruta que renace con cada paso

Durante años, esta ruta fue olvidada. Con la caída de la industria lanera y los cambios en el comercio, el camino perdió su protagonismo. Pero hoy, gracias al trabajo de asociaciones, peregrinos y amantes del Camino, la Ruta de la Lana ha resurgido.

Cada vez más personas deciden caminarla. Algunas buscando soledad. Otras, historia. Y muchas, como tú, buscando algo que no se puede encontrar en una guía turística.

La Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Cuenca trabaja activamente en su recuperación. Puedes conocer más sobre ellos en su web oficial.

El Camino de la Lana hoy: una experiencia transformadora

Caminar la Ruta de la Lana no es solo un reto físico. Es una forma de conectar con el territorio, con la historia, y contigo misma. Es recorrer caminos por donde pasaban rebaños y comerciantes, y ver cómo la huella del pasado sigue viva en cada piedra y en cada pueblo.

¿Quieres leer una experiencia real? Te contamos cómo vivimos la etapa entre Cifuentes y Mandayona.

Conclusión: una ruta con alma, para quienes buscan algo diferente

La Ruta de la Lana no es solo un camino. Es una puerta a la historia, un homenaje al comercio, a la trashumancia y a la fe. Es una ruta jacobea oficial, pero sobre todo, es una oportunidad única de vivir el Camino de Santiago de otra manera.

Si estás pensando en hacer el Camino pero no sabes por dónde empezar, en esta guía te contamos cómo prepararte para tu primer Camino de Santiago.


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